NO se debe depositar: colillas, pelo, polvo, excrementos y arena de mascotas, chicles, toallitas húmedas y corchos sintéticos.
Reducimos el impacto ambiental y la contaminación
La separación y reciclaje de los residuos orgánicos permite reducir la emisión de gases responsables del calentamiento global (metano o el dióxido del oxígeno (C02) que genera su degradación en vertederos.
Aprovechamos mejor los recursos
El uso de los residuos orgánicos para producir fertilizante natural contribuye a ahorrar recursos y a potenciar la calidad de los suelos. Además, separando los restos de comida y vegetales mejoraremos la recogida selectiva de los demás residuos y la eficiencia del tratamiento al que son sometidos para su reutilización.
Ahorramos dinero
Al separar los restos vegetales y de comida de los demás residuos que se depositan en el contenedor gris o de fracción resto, reducimos la cantidad de residuos que se llevan al vertedero y el canon o tasas que se paga para su tratamiento.
Cumplimos con la normativa
Europa (Directiva europea 2015/0275) establece como objetivo que en 2025 un 55% de los residuos municipales se reciclen. Un porcentaje que deberá aumentar hasta el 60 % para 2030 y al 65 % para 2035.